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jueves, 21 de mayo de 2015

¿Nadar dentro de la pecera o fuera de ella?

Es interesante escuchar el relato de aquellos altos potenciales cuando están en procesos de evaluación.
Algunos de ellos desconocen sus recursos, otros tantos se encuentran en zonas de confort que representan mesetas en sus carreras y a pesar de anoticiarse de las mismas, no muestran intenciones de modificarlas. Otros, se encuentran en momentos de saltos cuanti o cualitativos ya sea porque están por cambiar de empresa y puesto o porque sus líderes están evaluando  ascenderlos.
Dar el paso, crecer horizontal o verticalmente, moverse, ascender, ser promovido, puede ser una situación anhelada por muchos pero vivida con resistencia, miedos e incertidumbre.
Por eso es importante detenernos por un segundo en la palabra "promoción" entendiéndola como  impulso, empuje, propulsión. 
Implica un cambio, un paso diferente, un pasaje y es necesario que estos potenciales sean acompañados durante la transición hacia el nuevo estadío de modo tal de que puedan dejar adecuadamente su situación actual,  capitalizar la experiencia de la transición y aceptar el cambio. 
A propósito de esto, hace unas semanas, tuve la suerte de evaluar a una persona del área comercial que tenía una altísima vocación de servicio y orientación a las personas. Por alguna razón, toda su vida había estado trabajando en archivos, bibliotecas, depósitos. Lugares ocultos y  alejados del intercambio con otros.
Resultó interesante que se definió en varias ocasiones como alguien sociable, alegre, y un gran trabajador en equipo pero a la vez indicó que se "sentía como un pez en el agua en su puesto actual"a pesar de que era solitario y rutinario.
Nombró la frase  "como un pez en el agua" en varias oportunidades, hasta que en algún momento le pregunté "¿Este pez, es un pez que nada en el agua de una pecera o en el agua de un mar?". Se quedó pensativo, mirándome durante unos instantes en silencio. Luego de un momento, respondió: "Nunca me lo había preguntado pero ahora que Ud. lo dice... me siento como un pez en el agua de una pecera.. encerrado, sombrío, solitario... No sé cómo será nadar en el mar ni tampoco sé si podría hacerlo".

¿Cuántos de nosotros y Cuántos de nuestros colaboradores se harán diariamente esta misma pregunta? ¿Cuántas personas conocen verdaderamente el alcance de sus recursos y el potencial de los mismos? ¿Sabrán hasta dónde pueden llegar o se sentirán felices como peces en el agua de una pecera en donde pareciera haber poco espacio para los interrogantes,  la duda, la incertidumbre y la búsqueda de mayores desafíos? 

Quizás la "promoción", sea un buen momento de empuje y propulsión para empezar a darle lugar a estas cuestiones y desde ahí descubrir progresivamente con qué recursos cuenta uno para empezar a salir de la pecera y desplegar al máximo su potencial.

Carolina Sujoy




viernes, 16 de enero de 2015

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